El personaje del año

Estamos acostumbrados a premios y distinciones en los que, habitualmente, se resalta la trayectoria de empresarios, políticos, periodistas, científicos o deportistas. Sorprendentemente son muy pocas las iniciativas, por no decir inexistentes, que suelen incluir en sus listas a personas que trabajan en el sector social.

Con la sección El Personaje del Año, la revista Revista Haz quiere llenar ese vacío, distinguiendo cada año públicamente a aquellas personas que hayan destacado por su contribución social en favor de los demás.

Este reconocimiento nos parece muy necesario por varios motivos. En primer lugar, porque cada vez existe un mayor consenso en la conveniencia de incorporar, mediante el desarrollo de nuevos modelos, la creación de valor compartido, social y económico, en todas las actividades.

En segundo lugar, porque las personas que trabajan en favor del sector social raramente buscan los focos y el aplauso público. Sus prioridades se centran en impulsar el cambio social y, solo secundariamente, en comunicar su contribución a los demás. La virtud es siempre discreta, no busca el brillo, prefiere que los resultados vayan siempre por delante de las palabras. Así debe ser cuando se trabaja en favor de los demás.

Y, por último, porque en estos tiempos de crisis los testimonios de esas personas, con su trayectoria, nos recuerdan que, aun en los periodos más difíciles, siempre es posible distinguir luces en medio de la oscuridad, resplandores que no proceden, principalmente, de teorías y conceptos sino del trabajo constante y callado de un grupo de personas, hombres y mujeres, que nos orientan como los faros a través de la niebla.