Personaje del año 2012: Ana Millán, diez años profesionalizando el tercer sector

HAZ17 diciembre 2012

Si entre las principales organizaciones sociales (Cáritas, Cruz Roja, Médicos sin Fronteras, Intermón- Oxfam, Asociación contra el Cáncer, Fundación ONCE, Aldeas Infantiles, etc.) se hiciese una encuesta sobre el programa de ayuda que más valoran, muy probablemente, el primer lugar lo ocuparía el Programa Pro Bono de la Fundación Accenture: una iniciativa de consultoría gratuita a las ONG que el Grupo Accenture en España lanzó en el año 2002 y que ha conseguido, en apenas diez años, convertirse en uno de los programas de ayuda más eficaces en todo el mundo.

En esta década, el Grupo Accenture ha donado 645.000 horas de consultoría a más de 400 proyectos de 70 ONG con la participación de 1.600 profesionales voluntarios, lo que equivale a un importe superior a 23 millones de euros. No es fácil conseguir esos resultados. Para alcanzarlos, el Grupo Accenture tuvo el enorme acierto de poner hace ya diez años al frente de su fundación a Ana Millán.

Ana es ingeniero aeronáutico por la ETSIA de la Universidad Politécnica de Madrid, dedicó los primeros diez años de su carrera profesional a la gestión de proyectos de consultoría tecnológica y estratégica. Comenzó trabajando con clientes del sector aeronáutico (EADS, CASA, Ejército del Aire, etc.) y al cabo de unos años cambió de sector, dedicándose a clientes del área financiera; primero en Luxemburgo, donde permaneció cuatro años trabajando para la Banque Generale du Luxembourg, y luego en Estados Unidos para Erie Insurance Group.

Pero para conseguir esos resultados no basta contar con un buen currículo profesional. No basta, porque es preciso vencer el recelo mutuo entre empresas y ONG. No basta, porque el grupo tiene que estar dispuesto a mantener la ayuda cuando su cuenta de resultados no es tan brillante. No basta, porque no siempre resulta fácil poner a trabajar conjuntamente a consultores de trajes oscuros con empleados de organizaciones humanitarias con atuendos más informales.

Para conseguir estos resultados se requiere una persona que escuche a todos con atención sin llegar a ser condescendiente, que sepa exigir resultados sin perder la sonrisa, que integre voluntades sin perder la dirección. Alguien que esté pendiente de todos y de cada uno, que sea afectuoso con el tímido, amable con el distante y comprensiva con el extravagante. Esa es Ana Millán, Personaje del Año 2012.

El sector toma la palabra

José Luis Pérez Larios, director de Gestión de Cáritas

Ser una magnífica profesional no es fácil, pero algunas lo consiguen. Mantener esa buena profesionalidad durante años es algo más difícil, aunque tampoco insólito. Ser una persona capaz de entender lo que la empresa debe hacer para enfocar su acción social y llevarlo a cabo durante diez años comienza a ser algo extraño. Entender y valorar la realidad de las organizaciones sociales desde un puesto de alta dirección en la empresa multinacional y hacerlo de tal manera que los recursos de esa empresa fortalezcan la acción que realizan las organizaciones sociales, es algo muy singular.

Si todo eso se consigue al tiempo que se forma una familia, cuidando y dedicando mucho tiempo a los hijos, siendo amable y cercana con los colaboradores, entonces nos encontramos con una persona realmente excepcional. Esa es Ana Millán. Ser colaborador y amigo desde hace más de diez años de Ana es un verdadero lujo, pues se aprende constantemente de su inteligencia, su actitud colaboradora, su gran sensibilidad y su compromiso. ¡Gracias, Ana!

Patricia Moreira, directora de Ayuda en Acción

Conocí a Ana Millán prácticamente desde el inicio de su andadura en la Fundación Accenture, que coincidió con la mía en la Fundación Ayuda en Acción. Desde entonces y hasta hoy nuestra relación ha ido creciendo y enriqueciéndose, no solo en el plano profesional sino también en el personal.

Siempre he admirado en Ana su enorme generosidad y su buena disposición para escuchar, entender y apoyar en todo aquello que ella considerase una buena iniciativa u oportunidad. La he visto mostrar en todo momento el valor de la determinación, sabiendo impulsar, con delicadeza y fuerza a la vez, todos aquellos proyectos en los que creía que la Fundación Accenture debía involucrarse.

En Ana siempre he encontrado apoyo, escucha, atención, empatía, capacidad de propuesta, soluciones, y todo siempre con generosidad y una sonrisa, lo cual lo hace todo más agradable. Siempre la he encontrado también disponible en los momentos de crisis y dificultad. Conocer a Ana y trabajar con ella ha sido un placer.

Ha sido una fuente de motivación, estimulante y optimista. Mis mejores deseos desde aquí.

Antoni Bruel i Carreras, coordinador general de Cruz Roja

La contribución del sector privado al sector social se ha basado durante muchos años en aportaciones directas a proyectos concretos. Una punta de lanza para transformar esta colaboración en la introducción de mejoras en las estrategias y métodos de gestión la ha liderado en España la Fundación Accenture. El motor de esta nueva visión ha sido, sin lugar a dudas, Ana Millán. Ella ha sabido conjugar las distintas capacidades de los dos sectores para alcanzar logros que se incorporan y permanecen a largo plazo.

Tanto en lo profesional, como en lo personal, Ana es excelente. A lo largo de los años he tenido la oportunidad de constatar su compromiso, entusiasmo y dedicación, su sencillez, que hace de ella una persona cercana, siempre dispuesta a ayudar y a mejorar las ideas de los demás, su implicación y seguimiento de los proyectos, consiguiendo con ello que podamos mejorar nuestra atención a favor de las personas que más lo necesitan y que mantengamos unas estupendas relaciones de colaboración con la fundación que dirige. Es una persona especial, con la que da gusto trabajar y a la que desde aquí deseo lo mejor.

Olivier Longe, director de Acción contra el Hambre

Si la crisis sirve para algo es para cuestionar lo que parecía incuestionable. La destrucción de las certidumbres de las organizaciones, sean con o sin ánimo de lucro, puede ser un acicate potente para incentivar la reflexión y para aportar nuevas respuestas. El contexto de escasez en los recursos empuja a la eficiencia. El pesimismo incentiva las ganas de convencer. La pérdida de referentes nos esfuerza en redefinir nuestro rumbo. La crisis es dolorosa pero puede ayudar a superarnos.

Esto, es por lo menos lo que Ana Millán no para de predicar y con razón. Ana Millán no se queda en las palabras, sus actos y su labor a la cabeza de la Fundación Accenture, antes de la crisis y ahora, contribuyeron a crear una gran iniciativa solidaria hacia los colectivos más afectados.

Ana, con sencillez, profesionalidad y mucha visión, está sembrando la base de un formidable proyecto de innovación social en España. Su afán para reinventar lo social hace que el concepto de ayuda sea ahora sinónimo de oportunidad, que una simple reunión se convierta en una red de aliados, que una sencilla idea acabe siendo mañana la esperanza de miles de familias.

Ana Millán, por estos motivos y por todos los que su humildad no me permite escribir, merece sin lugar a dudas que sea el personaje de este año y, probablemente, del próximo.

Ignasi Carreras, director del Instituto de Innovación Social de Esade

Creo que Ana lidera una fundación que ha contribuido de forma determinante a que muchas ONG puedan disponer de un apoyo especializado de altísimo nivel para desarrollar mucho mejor su misión. Ana lo hace desde la cercanía a las ONG y un gran espíritu de servicio.

Su capacidad para generar alianzas ha ayudado a casar las necesidades estratégicas de desarrollo organizativo de las ONG con las competencias de consultoría en estos ámbitos por parte de los miembros de la Fundación Accenture. Ana ha sido una aliada de excepción para el sector social.

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