Open data. Por una Cultura con datos usables y en abierto

Pese a la hiperabundancia de datos que durante los últimos años han volcado, tanto las distintas administraciones públicas como la iniciativa privada, es un hecho que poder navegar en ellos en profundidad es una tarea ardua para la que hay que estar bien entrenado. No es de extrañar que, tanto la minería de datos, como el periodismo de investigación y datos se hayan convertido en disciplinas en auge entre las nuevas profesiones.

En la base de ello está que la transparencia no consiste solo en compartir datos, sino también en hacerlos accesibles en tiempo y forma a los grupos de interés. Por eso, el lanzamiento en abril de 2016 del buscador de datos en abierto Data USA, the most comprehensive visualization of US public data, es una magnífica noticia para la transparencia en las administraciones.

Data USA es un proyecto de acceso gratuito realizado por el MIT Media Lab en código abierto para que su software sea reutilizable por otros, y supone un gran avance para la transparencia mundial de la administración pública de los Estados Unidos de América.

Con una url mínima [http://datausa.io] y sin embargo, una ingente posibilidad para encontrar datos, Data USA permite hacer búsquedas y comparativas de la información relativa a la administración pública estadounidense para que sean más fáciles de examinar en detalle. De esta manera, los datos son accesibles y comprensibles por una audiencia más amplia, aumentando con ello las posibilidades de supervisión ciudadana.

Según relata el coordinador del proyecto -el chileno Cesar A. Hidalgo- al periódico The New York Times, el objetivo de este proyecto es «transformar datos en historias» porque los datos, sin contexto, no sirven para realizar análisis.

Llegados a este punto cabe preguntarse: ¿cuáles son las historias que se pueden extraer de los datos referentes a la cultura pública americana, siendo precisamente la cultura un ámbito intensamente dedicado a «contar historias»?

Pese a que el buscador permite la exploración libre por palabras, también ofrece unas clasificaciones  genéricas, como Localizaciones, Industrias, Ocupaciones o Educación; que ayudan a proporcionar una idea general sobre el contenido. En lo referente a cultura, dentro del sector industrial Arts, Entertainment & recreation and accommodation & food services, se pueden encontrar un subsector industrial llamado Arts, Entertainment & Recreation y dos grupos industriales: Performing arts, spectator sports & related industries y Museums, art galleries, historical sites, & similar institutions.

Si se acude un ámbito enteramente dedicado a la cultura, como el de Museos, galerías de artes, sitios históricos e instituciones similares y, en este grupo se consulta, por ejemplo, el apartado dedicado a Personal; se obtiene una estimación global de empleados, salario y edad media. Además, la consulta arroja resultados sobre cuáles son las ocupaciones más comunes y menos; las más especializadas y las menos; y las mejores pagadas y las peores. Todo ello en forma de resumen en modo texto y gráficos desglosados e interactivos; muy atractivos y fácilmente comprensibles.

A su vez, todos estos datos pueden ser comparables a los de otros grupos e industrias y visibles en forma de mapa interactivo. De esta manera por ejemplo, se puede saber que el salario medio de los empleados de Museos, galerías de artes, sitios históricos e instituciones similares  es de 32.148 dólares y que sitúa a este sector de trabajadores, en cuanto a nivel de salario medio, en el puesto 221 de los 266 grupos de Estados Unidos. Es decir, en 45 grupos sectoriales se cobra más que si se trabajara en el ámbito de los museos.

De igual manera, se puede comprobar que la brecha salarial entre hombres y mujeres también existe en los museos y galerías estadounidenses. Mientras que el salario medio de los hombres es de 35.667 dólares, el de las mujeres desciende a 28.167 dólares.

Además, es un dato relevante, que cuanto más especializado es el trabajo, mayor es la brecha salarial. Así pues, mientras que los Archivistas, Comisarios y Técnicos de Museos hombres cobran una media de 57.091 dólares; las mujeres de igual profesión tienen un salario medio de 41.804 dólares.

También es posible analizar estos datos según raza y etnia. De la información facilitada se puede extraer una llamativa conclusión, que es lo extremadamente bien que están pagados los Archivistas, Comisarios y Técnicos de Museos nativos hawaianos y de otras islas del Pacífico; cuyo salario medio es de 74.368 dólares, mientras que por ejemplo el de los blancos es de 49.281.

Otro dato interesante que ofrece este buscador es la cantidad de horas que un empleado medio de este sector trabaja a la semana, que son 41,5; y que les sitúa en lo que podría ser el estándar de España.

Además, se puede obtener información sobre inversiones y rendimientos económicos del sector donde se observa -como también es habitual en las instituciones españolas- que el capítulo dedicado a personal es también el de mayor gasto.

Los datos culturales en España

Explorar superficialmente la plataforma Data USA supone tomar conciencia de lo importante que es compartir datos en abierto de manera usable. Sin embargo, España está todavía a mucha distancia de lo que presenta este repositorio, por lo que las instituciones que persigan mejorar sus índices de transparencia deberían ponerse a trabajar seriamente en ello.

Ni que decir tiene que para el sector de la cultura en España un cambio de escenario en este sentido sería fundamental. Si la cultura española compartiera datos en abierto de manera usable, abierta y flexible; contribuiría a erradicar falsas ideas y especulaciones sobre un sector crucial para el país.

La cultura española posee una extraordinaria calidad que le hace ser, no sólo internacionalmente reconocida y demandada, sino además un medio inmejorable para la articulación social y democrática del país. Su riqueza y diversidad productiva le confieren un papel fundamental en el desarrollo nacional, así como en la capacidad colectiva para fomentar valores y establecer diálogo e intercambios con otros países. Además, se trata de un sector productivo de importante trascendencia.

Según el último avance de resultados 2008-2012 de la Cuenta Satélite de la Cultura en España -una operación estadística de periodicidad anual elaborada por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte- la participación de la cultura en el Productor Interior Bruto (PIB) es de un 3,4%, incluyendo en esta cifra las actividades culturales vinculadas con la propiedad intelectual.

Esto supone una aportación a la riqueza económica del país considerablemente mayor que la que aportan otros sectores productivos. Así pues, frente a un Valor Añadido Bruto (VAB) de 3,6% que aporta la Cultura a las arcas del Estado español, la Agricultura aporta un 2,5%; la Industria química, un 1%; o el sector de las Telecomunicaciones, un 1,7%.

A este hecho se suma que, tal como revela la última Encuesta de Hábitos y Prácticas Culturales en España correspondiente a 2014-2015:

“…Desde la última encuesta realizada, con referencia a 2010-2011, se observa un crecimiento en las tasas de la asistencia anual a museos, monumentos, yacimientos y archivos. De forma análoga se registran incrementos en la asistencia a bibliotecas y en las tasas anuales de lectura, muy especialmente en lectura en formato digital”.

“Por lo que respecta a la asistencia a espectáculos en directo, en conjunto estable, destaca la favorable evolución de la asistencia al teatro, zarzuela, ballet o danza o a conciertos de música clásica. Frente a ello se observan ligeros descensos en las tasas anuales de asistencia a conciertos de música actual. El cine continúa siendo sin duda el espectáculo cultural con más adeptos y presenta en este periodo una favorable evolución”

Así pues, gracias a que estas fuentes consultadas existen, se puede demostrar con datos que la cultura en España es una actividad de destacada importancia social y económica que, a pesar de los últimos envites provocados por la crisis económica se mantiene como un elemento nuclear en las vidas de los ciudadanos españoles.

Por ello, mejorar el contexto de la cultura en España supone impulsar el avance de una actividad de amplio impacto social, así como un sector profesional clave para la economía y el empleo del país.

Sin embargo, pese a que los dos repositorios informativos anteriormente mencionados constituyen fuentes públicas de datos oficiales sobre la cultura de extremado rigor e importancia, su escasa usabilidad hace que su labor informativa y de análisis no trascienda como sería deseable.

La Cuenta Satélite de la Cultura es una estadística oficial que se elabora desde el año 2009 para poner de manifiesto la aportación económica de la cultura al PIB nacional. Es una operación de síntesis basada en indicadores de otras fuentes oficiales para hacer explícita la contribución económica de la cultura al país.

De hecho, la Cuenta Satélite de la Cultura en España es la única que se realiza en Europa con periodicidad, siendo Finlandia el único otro país europeo que elabora una cuenta satélite cultural, pero en su caso sin periodicidad establecida.

Parece claro que la importancia de estos datos sobre la cultura española no se corresponde con un tratamiento atractivo, abierto, usable y flexible de la información.

Lo mismo le sucede a otras fuentes de datos culturales, como el Anuario de estadísticas culturales o la mencionada Encuesta de Hábitos y Prácticas Culturales, que se realiza cada cuatro años y cuyos resultados se toman a partir de encuestas muy elaboradas y extensas.

Parece claro que las fuentes de datos oficiales sobre la cultura han de mejorar, abriendo sus datos, ofreciéndolos en formatos tratables basados en estándares de interoperabilidad y compartiéndolos en un formato atractivo, usable e interactivo.

Por otra parte, la cultura española necesita que tanto el periodismo cultural como la iniciativa ciudadana ahonden en estos datos.

Existen destacables ejemplos como el de la Fundación Civio, que con proyectos como El BOE nuestro de cada día, ¿Dónde van mis impuestos? o ¿Quién manda? permiten entresacar de vez en cuando información de análisis referente a la cultura. Pero se necesita más porque, como ya se ha explicado, la cultura merece más información, más rigor y más lecturas de análisis. La civilización, el desarrollo y la democracia van en ello.

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