España sigue a la cola de Europa en el Índice de la Percepción de la Corrupción

Transparency International presenta los resultados del Índice de la Percepción de la Corrupción de 2018, donde España solo incrementa un punto de confianza y se posiciona en el puesto 20 de los 28 países europeos.
HAZ29 enero 2019

La calificación de España en el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) 2018, que publica hoy Transparency International, ha supuesto la subida de solo un punto en relación con el año pasado. Mientras que en 2017 España obtuvo 57/100 puntos, este año la puntuación es 58/100. «Ello indica, al menos de forma indiciaria, que los esfuerzos para prevenir y frenar la corrupción en España aún no dan sus frutos en términos de percepción», explican desde la organización.

Con esta calificación, España ocupa la posición 41 entre los 180 países estudiados en el IPC de este año, junto con Georgia, Letonia, y San Vicente y Las Granadinas. Por otro lado, España se ubica en el puesto número 20 entre los 28 países de la Unión Europea. Pese a esta leve mejora en la puntuación, hay que destacar que España se encuentra por debajo de Chipre y República Checa, países con los que compartía la misma puntuación el año pasado.

«Este resultado pone en evidencia que la corrupción en España sigue siendo un problema grave que debe llamar a la acción de las autoridades y de la sociedad civil», explican en nota de prensa y recuerdan que, en los últimos 6 años, entre 2012 y 2018, la calificación de España cayó en siete puntos, siendo el país —tras Hungría y empatado con Chipre— que más ha caído en puntuación en Europa en estos últimos años.

Transparency International España considera que una economía como la española, que se sitúa entre las 15 primeras del mundo, no debería estar por debajo de los 70 puntos en el Índice de Percepción «si quiere mantener su imagen y su competitividad».

En este sentido, «es importante resaltar que los múltiples escándalos de corrupción que se han sucedido en España a lo largo de las últimas décadas, sobre todo a partir de la burbuja urbanística y que aún siguen aflorando, han provocado que la legitimidad de las instituciones democráticas haya sufrido daños muy serios. Es cierto que la crisis económica, confrontada mediante las denominadas políticas de austeridad fiscal, también ha influido en esta deslegitimación y la consiguiente desafección».

Por eso, este año TI-España destaca muy especialmente que luchar contra la corrupción «es una forma de luchar por la democracia, de reivindicarla y de recuperar la legitimación de sus instituciones basada en sus valores esenciales».

Del mismo modo, considerando que la moción de censura motivada por la corrupción en el partido gobernante y que condujo al cambio de gobierno en España, se debe promover especialmente el diseño de una estrategia holística de prevención y lucha contra la corrupción, remarcan.

El Índice de Percepción de la Corrupción

El IPC de 2018 mide la percepción de la corrupción en el sector público de 180 países y territorios, a los que se asigna una puntuación de 0 (corrupción elevada) a 100 (transparencia elevada). De acuerdo con el análisis de todos los datos, más de dos tercios de los países estudiados tienen menos de 50 puntos, y la calificación media es de 43 puntos.

En las primeras posiciones del Índice se encuentran Dinamarca y Nueva Zelanda, con 88 y 87 puntos respectivamente, mientras que los últimos puestos son ocupados por Somalia, Siria y Sudán del Sur, con 10, 13 y 13 puntos respectivamente. En cuanto a las regiones, Europa Occidental y la Unión Europea tienen las mejores puntuaciones (66 puntos de media), y África es la que cuenta con la puntuación media más baja, con 32 puntos.

Desde 2012, solo 20 países han registrado mejoras significativas en sus puntuaciones. Entre ellos, se encuentran Argentina, Senegal y Costa de Marfil. Por el contrario, en 16 países, como España, Australia, Chile, Hungría, Turquía y Malta, las puntuaciones han empeorado de manera significativa.

En esta edición del IPC se demostró que existe una relación directa entre la corrupción y la salud democrática global. Las democracias caracterizadas como “plenas” obtienen en promedio 75 puntos en el IPC; las etiquetadas como “débiles”, una media de 49 puntos; los denominados “regímenes híbridos” (que presentan elementos propios de los sistemas autocráticos), 35 puntos de media; y los regímenes autocráticos son los que obtienen peores resultados, con 30 puntos de media.

En resumen y en palabras de Delia Ferreira Rubio, presidenta de Transparency International: «Nuestra investigación establece un vínculo muy claro entre el hecho de contar con una democracia saludable y el éxito en la lucha contra la corrupción en el sector público. La corrupción tiene una probabilidad mucho mayor de surgir cuando la democracia se asienta sobre cimientos débiles y, como hemos visto en muchos países, cuando los políticos antidemocráticos y populistas tienen la oportunidad de utilizarla para su beneficio».

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