Política vigilada ¿Por qué se necesita periodismo de datos en tiempos de Ley de transparencia?

En la era digital la cantidad de información disponible es enorme, de hecho, se estima que diariamente se generan 2.500 millones de gigabytes de datos. Esta información puede resultar muy útil con los conocimientos y herramientas adecuados, sin embargo, demasiados contenidos pueden derivar en riesgos como la infoxicación, la dificultad de asimilar y entender grandes cantidades de información o la desinformación.

El filósofo Byung-Chul Han afirma en su libro La sociedad de la transparencia, que “un aumento de información y comunicación no esclarece por sí solo el mundo” y es que el incremento de la información puede tener el efecto contrario.

En España se han desarrollado varias plataformas cuyo objetivo es “esclarecer” la realidad del sector político y la administración pública, ejerciendo el periodismo llamado dog watching y utilizando la información pública con diferentes usos: Datadista desenmaraña historias complejas para contarlas de manera sencilla al gran público; Fíltrala utiliza relatos off the record para destapar casos de corrupción; Maldito Dato investiga las bases de datos públicas para desmentir o confirmar informaciones difundidas en redes sociales, y Sueldos Públicos elabora noticias sobre el lado opaco de las retribuciones en la administración pública.

Revista Haz habla con los responsables de estas plataformas para conocer por qué el periodismo de investigación es más necesario que nunca en tiempos de la Ley de transparencia.

1. Demasiada información impide ver la historia

Ana Tudela, responsable de Datadista, explica que una de las labores de la plataforma es “explicar de manera sencilla” informaciones publicadas por los medios generales que se han vuelto “demasiado complejas”. Así se crearon los Cuadernos de la corrupción, una serie de relatos donde se exponen los casos de los EREs, la Gürtel o las Tarjetas negras de Caja Madrid y Bankia con narrativas claras y gráficas, para que el ciudadano pueda entender los detalles de cada caso.

La información de estos relatos se extrae de lecturas de los escritos de fiscalía, el auto de los jueces y el análisis de bases de datos con más de 4.000 líneas, información que una persona cualquier no tiene tiempo de conocer. “Intentamos ayudar a la sociedad aportando información, ayudando a contarla, porque los medios actualmente no lo hacen, y aportando herramientas que permitan ejercer nuestros derechos de acceso a la información pública”, afirma Tudela.


Los peligros de la transparencia


2. Los portales de transparencia no son transparentes

Carles Torrijos creó Sueldos Públicos en marzo de 2012 como denuncia pública de los “disparates en los sueldos” que hay dentro de la administración general del Estado. Sobre este aspecto, Carles Torrijos afirma que cuando entró en vigor la Ley de transparencia, acceso a la información púbica y buen gobierno pensó que su proyecto ya no sería necesario.

Sin embargo, la experiencia le demostró lo contario, ya que muchos portales no son “realmente” transparentes debido a que no muestran la información claramente o no se publica información relevante: “Yo pregunto a las administraciones ¿cómo de transparente es tu portal si para acceder a la información necesito hacer tantos clics?”, afirma a Revista Haz.

La labor de Torrijos consiste en convertir los datos públicos de los portales de la administración en noticias semanales para que la sociedad conozca la realidad de los sueldos de la administración: “Mientras haya políticos y haya sueldos públicos, mi proyecto será necesario y útil, porque todavía queda mucho camino por recorrer”, afirma Torrijos.

Aunque ha habido cambios desde la aprobación de la ley, los portales no son todo lo transparentes que debería porque no están actualizados, -continúa Torrijos- o no dan toda la información relevante necesaria, como por ejemplo, qué criterios y medidas se utilizan para otorgar los complementos de productividad a los secretarios y subsecretarios de Estado, los directores generales o presidentes y gerentes de empresas públicas y consorcios.

3. El acceso a la información pública no es derecho para novatos

Conocer el panorama general de un tema concreto puede ser inabarcable debido al procedimiento de acceso a la información pública. Tudela afirma que los temas de competencia autonómica, como sanidad o urbanismo, implican “multiplicar las peticiones de información por cada comunidad autónoma” con plazos, operativas, o requisitos de acceso diferentes.

Para ayudar a periodistas e investigadores, desde Datadista han creado la plataforma Hiperia para facilitar el ejercer este derecho, mejorando la gestión de las peticiones.

En este sentido, la plataforma guía al usuario por la “complicada legislación española”, tanto a nivel estatal como autonómica y locales, y en caso de denegación de acceso, utiliza la experiencia anterior de resoluciones del Consejo de Transparencia y la jurisprudencia de otros casos, para que la persona sepa qué tipo de información se puede solicitar y tiene derecho a que se la den.

“La plataforma te guía para que cuando los organismos públicos argumenten un artículo de la ley para no dar acceso a cierta información, tú sepas que eso ya está resuelto y te puedas acoger a esa jurisprudencia”, afirma Tudela, que también incide en la necesidad de su labor para mejorar el ejercicio del derecho de acceso a la información y así crear “cultura de transparencia”, porque la administración, “por sí misma, no lo va a hacer”, concluye.

Otro de los resquicios de la transparencia española es que no protege a las fuentes testigos de corrupción.

5. La ley no evita la corrupción

Otro de los resquicios de la transparencia española es que no protege a las fuentes testigos de corrupción. Sobre este aspecto destaca Fíltrala, una plataforma cuyo funcionamiento consiste en recoger documentos, bases de datos, o el relato de alguien, garantizando el anonimato absoluto de las fuentes.

A partir de la información recibida, se inicia la labor periodística de investigación y comprobación de que la información es veraz, noticiosa y publicable. Stéphane M. Grueso, coordinador de Fíltrala, explica que trabajan “todos los días para desaparecer”, pero que su labor es muy necesaria porque en España se carecen de los mecanismos de transparencia y rendición de cuentas adecuados, ya que la ley es incompleta y no existe “cultura de reporte de los poderes público”. En este sentido, Grueso afirma que hay “muchas decisiones opacas y arbitrariedad de gastos” que la sociedad tiene derecho a saber y de otra manera sería casi imposible conocerla.

En tres años han destapado más de 50 casos, algunos tan relevantes como los llamados Papeles de la castellana donde se demuestra que una élite de empresarios evadía impuestos mediante fundaciones y manejos en el extranjero. La publicación de esta información permitió la investigación de la fiscalía del Estado y que la administración actuara en consecuencia. “Esta labor nos permite informar a la sociedad para que tome decisiones mejor informada”, afirma Grueso.

6. Los datos no mienten, los políticos sí

Con respecto a la falta de rendición de cuentas, nació Maldita hemeroteca, cuya labor es recordar a los políticos españoles sus declaraciones pasadas para poner en relieve sus contradicciones. En la actualidad, la plataforma ha crecido dando lugar a diversos proyectos bajo el nombre de Maldita.es, ya que cada vez sus investigaciones son más necesarias.

Nacho Calle, coordinador de Maldito Dato, incide en la idea de que “falta cultura de transparencia en España” y desde la plataforma se intenta “demostrar el giro o cambio de discurso de los políticos” mediante la transparencia y la investigación con fuentes oficiales.

Diariamente, los diferentes equipos revisan los discursos y declaraciones de los políticos en los medios y las redes sociales, para posteriormente continuar con un proceso de verificación, la parte más importante porque consideran que los políticos tienen “la obligación de decir la verdad y aportar los datos en los que basan las ideas que defienden”, afirma Calle.

La labor de estos “malditos” es estar pendiente del sector para evitar que “los políticos se inventen los datos para beneficio propio” y de este modo, se acostumbren a dar explicaciones, rendir cuentas y, en definitiva, ser más transparentes.

 

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