Ningún grupo de comunicación es transparente sobre su independencia y credibilidad

La segunda edición del informe ‘Primera plana’, elaborado por la Fundación Haz, analiza los 21 principales grupos de comunicación privados, cotizados y no cotizados.
HAZ7 mayo 2019

La gran mayoría de los grupos de comunicación suspende a la hora de publicar información sobre las políticas y prácticas destinadas a garantizar su independencia y credibilidad editorial.

Así lo desprende la segunda edición del informe Primera plana, elaborado por la Fundación Haz, presentado esta mañana en la Fundación Rafael del Pino, en compañía de los periodistas Ana Pastor y Giles Tremlett y los profesores de universidad Ángel Arrese y Carmen Fuente, que han participado en un debate moderado por Vicente Lozano, redactor jefe de El Mundo, sobre ¿Cómo garantizar la independencia y credibilidad de los medios?.

Según el análisis elaborado por Javier Martín Cavanna y Elena Herrero-Beaumont ninguno de los grupos analizados obtiene la calificación de transparente, quedándose a bastantes distancia para conseguirlo, y solo cuatro de ellos alcanza la categoría de translúcida: Atresmedia (18 puntos de un total de 38), Prisa (17), Mediaset (13) y Vocento (12), todos ellos grupos cotizados.

Esta conclusión y su correspondiente ranking se alcanza tras el estudio de las prácticas para proteger la credibilidad e independencia en cinco áreas –propiedad, gobierno, ingresos económicos, creación y divulgación de contenidos y cumplimiento normativo– de los 21 principales grupos de comunicación privados, cotizados y no cotizados, especializados en la elaboración y difusión de información y opinión sobre asuntos públicos.

El informe diferencia ambos grupos debido a que las exigencias legales no son las mismas para ambos. En este sentido, las cotizadas publican más información. Sin embargo, una mayor transparencia no se traduce necesariamente en una mayor eficacia a la hora de gestionar los riesgos que puedan afectar a su credibilidad e independencia editorial, señala el documento.

El informe Primer plana recuerda que las empresas periodísticas cotizadas están sujetas a una continua exigencia por aportar valor a sus accionistas y esa presión cortoplacista no siempre va de la mano de la necesidad de proteger la calidad e independencia editorial.

En este sentido, la Fundación Haz señala que el principal reto que afrontan los grupos de comunicación es reforzar el compromiso de sus propietarios y editores para defender y promover, con medidas y políticas concretas, los valores de la independencia y la credibilidad.

El informe llama la atención sobre la falta de perfiles adecuados en los órganos de gobierno así como la poca atención que se presta a los riesgos relacionados con la falta de independencia y credibilidad por parte de los consejos de administración.

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Creación y divulgación de información

Respecto al tema más sensible de los grupos de comunicación, la generación de contenidos, las empresas deberían publicar en la web sus códigos deontológicos o libros de estilo que establezcan las directrices editoriales sobre los siguientes aspectos: contenidos de riesgo (solo informan parcialmente Atresmedia, Mediaset y Prisa); respeto al honor y la intimidad (únicamente Atresmedia cumple correctamente e Imagina Media, Mediaset y Vocento parcialmente); veracidad de la información (Mediaset, Prisa y Unidad Editorial (RCS) cumplen totalmente, y Atresmedia y Vocento de manera parcial); libertad de expresión (Prisa, completamente y Atresmedia, Mediaset y Vocento, parcialmente), y conflictos de intereses de los periodistas (cumplen parcialmente Atresmedia, Henneo-El Heraldo, Imagina Media, Mediaset, Prisa, Vocento y Zeta).

En esta línea, el informe destaca el compromiso de dos cabeceras (El País, del Grupo Prisa, y El Mundo, de Unidad Editorial) en la creación y divulgación de contenido al haberse adherido a la iniciativa internacional del Trust Project, que ha creado unos estándares sobre cuestiones como la verificación de hechos y fuentes, el tratamiento de fuentes anónimas, el defensor del lector o la necesidad de separar la naturaleza de la actividad, diferenciando claramente la opinión de la información y los contenidos publicitarios.

Es precisamente sobre el etiquetado de estos contenidos editoriales pagados, también llamados branded content, sobre los que el informe quiere llamar de nuevo la atención: solo Atresmedia y Vocento cumplen parcialmente este indicador. Compromiso y Transparencia reclama la conveniencia de que las asociaciones de profesionales formulen criterios claros sobre este tema.

Financiación y cumplimiento

Las áreas más opacas del informe son las referentes a la financiación y a los programas de cumplimiento.

Con el fin de identificar los riesgos derivados de la publicidad, las empresas deben hacer pública la cantidad y porcentaje sobre los ingresos totales de los anunciantes, sin embargo, solo Atresmedia ofrece parcialmente esta información en su web.

Finalmente, para asegurar que todas las cuestiones explicadas anteriormente se respetan, las empresas de comunicación deben contar con sistemas de cumplimiento (compliance). En este caso, de nuevo las cotizadas Atresmedia, Mediaset y Prisa destacan como los únicos grupos que cumplen de manera parcial el indicador sobre la publicación de la política que tienen establecida para verificar el cumplimiento de sus procesos relacionados con la protección de la credibilidad e independencia.


Descargar informe: Primer plana. Informe de transparencia y buen gobierno sobre independencia y credibilidad editorial de los grupos de comunicación.

Ver ranking


Recomendaciones al sector

El informe Primera plana, ante los ampliamente mejorables resultados de esta segunda edición y las buenas prácticas internacionales identificadas, concluye con una serie de recomendaciones a los grupos españoles, entre las que destacan:

  1. Es necesario que las empresas periodísticas informen con transparencia de quiénes son los titulares de su propiedad, hagan públicos los vínculos que puedan afectar su independencia editorial y arbitren las medidas oportunas para gestionar adecuadamente los conflictos de intereses.
  2. El órgano de gobierno debe reflexionar sobre la adopción de las medidas más eficaces (constitución de una fundación como accionista mayoritario, exigencia de mayorías cualificadas para la adopción de determinadas decisiones, reserva de competencias, etc.) para blindar su independencia y credibilidad
  3. Se deben incluir en los proceso de selección de consejeros políticas que aseguren que los valores de la credibilidad e independencia editorial serán protegidos al más alto nivel.
  4. Los informes de sostenibilidad, de responsabilidad corporativa o de información no financiera deben incluir un capítulo específico sobre las medidas adoptadas para gestionar los riesgos que puedan afectar a la credibilidad e independencia editorial.
  5. Todos los medios deben desarrollar o adoptar un código deontológico o estatuto de redacción y hacerlo público para que puedan acceder a él todos los grupos de interés: lectores, sociedad civil organizada, inversores, accionistas y los propios periodistas.
  6. Resulta urgente que los medios sean transparentes en el etiquetado de los branded content comunicando con claridad a sus lectores las condiciones y características de este tipo de colaboraciones.
  7. Los códigos deontológicos y las iniciativas como el Trust Project deberían reforzarse con sistemas de control (compliance) que verifiquen el grado de cumplimiento de los criterios recogidos en esos códigos o iniciativas.
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