Deficiencias en la configuración de la propiedad y el gobierno de los medios españoles

El grupo Atresmedia es el que mejor puntuación obtiene, aunque ningún grupo alcanza la calificación de ‘transparente’, en la tercera edición del informe ‘Primera plana’, que analiza los 21 principales grupos de comunicación privados, cotizados y no cotizados.
HAZ10 noviembre 2020

Ningún grupo de comunicación es transparente a la hora de informar sobre sus políticas y prácticas de transparencia y buen gobierno orientadas a proteger su independencia y credibilidad editorial. Así lo señala el informe Primera plana 2019, elaborado por la Fundación Haz.

Los resultados de la tercera edición del análisis han sido presentados esta tarde en un acto online que ha contado con la experiencia de expertos nacionales e internacionales en medios de comunicación como Ángel Arrese, profesor de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra; Emily Bell, fundadora y directora del Tow Center for Digital Journalism y Trustee del Scott Trust; Juanita León, directora de La Silla Vacía, y Giles Tremlett, correspondent de The Guardian y visiting fellow LSE.

El acto ha sido inaugurado por María López Escorial, presidenta de la Fundación Haz, y clausurado por Fernando de Yarza, presidente de WAN-IFRA, que ha proporcionado la “receta del periodismo futuro, que tiene que darse bajo tres parámetros: periodismo de calidad, independencia y sostenibilidad económica y transparencia”.

Arrese ha lamentado los resultados del nuevo informe: “Los medios se dedican a hacer transparente el mundo; me preocupa que ellos no lo sean”. Y León ha explicado en la mesa redonda que “el público valora mucho la autenticidad en los medios de comunicación. Exigen transparencia, no que no te equivoques”.

Tremlett ha destacado la importancia de la transparencia en el periodismo local: “El ecosistema periodístico depende de la prensa local, el eslabón más débil y perjudicado por el cambio de modelo y donde más peligro existe en cuanto a fake news y control de los medios por políticos u otros actores ajenos a la misión central del periodismo”.

Por su parte, Bell ha hecho un llamamiento: “Debemos de extender a las plataformas digitales las mismas obligaciones de transparencia y buen gobierno que exigimos a los medios periodísticos”.

Informe y ranking

El informe contiene un ranking de transparencia de los grupos de acuerdo con sus prácticas de transparencia y buen gobierno en cinco áreas: propiedad, gobierno, ingresos económicos, creación y divulgación de contenidos y cumplimiento normativo y clasificando a los grupos en tres categorías: transparentes, translúcidos y opacos.

Ninguno de los grupos ha alcanzado la calificación de transparente. Entre los grupos cotizados calificados de translúcidos, Atresmedia, es la que lidera el ranking de empresas con 20 puntos, seguido de Mediaset, con 19, Prisa (17) y Vocento (14). Todos los grupos no cotizados han obtenido la calificación de opacos. El Grupo Cope es el que ha registrado una mejoría significativa, pasando de no cumplir con ningún indicador en la anterior edición a obtener ocho puntos en la presente.



Propiedad y gobierno

Las cuestiones sobre la estructura de la propiedad y el funcionamiento y composición del principal órgano de gobierno, el Consejo de Administración, son las que mayor espacio y atención ocupan en el informe, por ser las que más relevancia tienen a la hora de configurar el compromiso de la empresa y también las más descuidadas en las empresas analizadas.

Aunque tanto los grupos cotizados como los no cotizados presentan graves carencias en estas áreas existen importantes diferencias entre ellos. Los grupos no cotizados no proporcionan apenas información alguna sobre sus propietarios, no hay manera de conocer quién está detrás del control de estos grupos.

En el caso de los cotizados, se conoce quiénes son sus propietarios, pues legalmente están obligados a proporcionar esa información, pero no existen mecanismos jurídicos ni procedimientos en la estructura propietaria para asegurar la idoneidad de los mismos y reforzar la independencia editorial.

Financiación e independencia

Otro de los aspectos en los que se centra el informe es en la falta de transparencia sobre las fuentes de financiación que pueden afectar a la independencia y credibilidad editorial. El informe destaca que solo el Grupo Vocento ofrece algún dato sobre los ingresos procedentes de la publicidad institucional.

La falta de esta información resulta especialmente grave en los medios regionales, mucho más frágiles frente a las presiones del poder político. El informe destaca, en este sentido, las ayudas significativas que han recibido algunos medios catalanes, como el Grupo Ara o el Grupo Punt Avui, próximo a las posiciones independentistas y el riesgo que supone para su credibilidad editorial.

La edición de este año vuelve a manifestar su preocupación por el auge de los branded content o “contenidos de marca” y la falta de transparencia en el etiquetado.

En opinión de los autores, Javier Martín Cavanna y Elena Herrero-Beaumont, “los contenidos de marca no tienen por qué afectar a la credibilidad editorial si los medios publican una etiqueta y su correspondiente política (normalmente un etiquetado ad hoc) que deje claro que se trata de un contenido editorial pagado por el anunciante y el grado de libertad que tiene este para influir en el mismo. En la actualidad no hay ningún grupo de comunicación que cumpla esta práctica de transparencia”.

Buenas prácticas anglosajonas

La edición Primera plana 2019 incluye como novedad el análisis sobre la propiedad y la gobernanza de cinco empresas líderes de medios de comunicación de Estados Unidos y Reino Unido: New York Times Corp., News Corp., The Washington Post, The Guardian Media Group y The Economist Group.

“Decidimos incluir este análisis para mostrar cómo se puede construir y cultivar la integridad de los medios a través de un conjunto de prácticas reales. Y cómo estas prácticas son compatibles con la cuenta de resultados”, explican los autores.

“El objetivo de este informe es proporcionar orientación a las empresas de medios de comunicación para que puedan profundizar e impulsar prácticas que contribuyan a generar mayor confianza con sus lectores y principales partes interesadas. Nos parece que, en esta época, marcada por el auge de las fake news y los efectos de la posverdad, esta reflexión resulta inexcusable”, concluyen.

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