El Ladrillazo y otros juegos de mesa para aprender de ética en los negocios

A estas alturas seguro que muchos ya tendrán escrita y enviada su carta a los Reyes Magos. Para los más rezagados, o para aquellos que todavía albergan dudas, ‘Revista Haz’ ha realizado una selección de juegos de mesa que pueden enseñar mucho de economía ética y sostenible y de gestión de recursos, pero también de las consecuencias de una mala praxis.

“¡Madre mía! ¡Qué trama más interesante me voy a montar!”. Así arrancaba hace unas semanas mi primera partida de El Ladrillazo, un juego de rol basado en la burbuja inmobiliaria. Ha conseguido ver la luz gracias a una campaña de crowdfunding en la que ha roto todos los esquemas: sus creadores pedían 5.000 euros para sacar una pequeña tirada para amigos y conocidos y han terminado recaudando más de 36.500 con casi 1.200 mecenas.

Se trata de un juego de cartas en el que, para ganar, sus participantes deben sacar adelante proyectos de infraestructuras (que se hicieron especialmente conocidos antes y después de la crisis por lo abultado de su presupuesto). ¿Cómo? buscando apoyo en políticos, ciudadanos, normativas… Durante ese proceso se irán llevando de las arcas públicas sobres –de dinero opaco- al paraíso fiscal que hayan seleccionado al principio de la partida. Y gana el que más sobres consiga.

Francisco Fernández, su principal artífice, explica a Revista Haz que la idea surgió de la indignación que le generaba, tanto a él como a sus otros tres compañeros de piso, no poder comprar una vivienda en la época del boom inmobiliario aun teniendo ingresos. “Hemos realizado un trabajo documental de fondo muy importante y hemos contado con el asesoramiento de abogados para evitar demandas”.

No es para menos, teniendo en cuenta que muchas de las cartas con las que se juega tienen nombres y apellidos (y marcas y apodos, según el caso): empresas de infraestructuras como FCC y OHL; presidentes de Gobierno como Aznar y Zapatero, y otros políticos en activo durante la época en cuestión como Jaume Matas o Manuel Chaves; protagonistas de la burbuja como El Pocero o Francisco Correa, y hasta el rey emérito, Don Juan Carlos de Borbón.

“Entre nuestros mecenas hay profesores de Economía y Arquitectura que han visto en nuestro juego la oportunidad de enseñar una etapa importante de nuestra historia de forma lúdica e innovadora”, asegura Fernández. “Con él hemos querido mostrar las mecánicas sociales de la burbuja”.

El Ladrillazo se ha convertido en uno de los juegos que mayor notoriedad ha conseguido en los últimos meses gracias a esa exitosa campaña de crowdfunding que ha cerrado. Sin embargo, no es el único que hay en el mercado que puede dar lecciones de economía y de gestión de recursos. Con el fin de aportar nuevas ideas a los Magos de Oriente, Revista Haz ha hecho una selección que va más allá del Monopoly.

Los Colonos de Catán
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De origen alemán, ya se ha convertido en clásico con más de 15 millones de unidades vendidas en todo el mundo. Los participantes de este juego llegan a una isla que deben colonizar y para ello tendrán que explotar recursos naturales: bosques con madera, praderas con rebaños de ovejas, zonas de cultivo, montañas de las que extraer piedra, puertos comerciales y regiones de producción de adobe para hacer ladrillos.

Con todo ello podrán hacer crecer su asentamiento inicial, instalando poblados, ciudades y carreteras en las zonas estratégicas que pueden generar más o menos rendimiento y aportar puntos al jugador. Aunque para ganar –cuando se consiguen diez puntos- no solo cuenta la astucia a la hora de gestionar los recursos, también la suerte que te den los dados y las cartas que vayas obteniendo de forma aleatoria.

Ethica
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Se trata de un juego útil para ​explorar el impacto social y ambiental de las actividades bancarias, las inversiones y los negocios. Ha sido elaborado por varias organizaciones europeas dedicadas a la educación y las finanzas éticas, y gracias a su dinámica se puede aprender a tomar decisiones más responsables en cuanto a la gestión del dinero. Por otra parte, a diferencia de otros títulos de jugadores individuales, en éste pueden participar hasta 27 personas, y no puede llevarse a cabo sin un mínimo de seis.

Está recomendado para mayores de 15 años, y muy enfocado al entorno de la enseñanza: institutos de secundaria, universidades, asociaciones juveniles, grupos de educación de adultos y otros entornos donde la banca ética pueda suscitar interés. A través de su mecánica intenta hacer entender cómo los ahorros personales y las inversiones afectan a otras personas, al planeta y a la economía global.

Granjeros
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Creado en Chile, los participantes tienen el objetivo de convertirse en empresas agrícolas éticas que buscarán la colaboración de otros jugadores para alcanzar sus metas. Es decir, desarrollar sus terrenos para que éstos produzcan más unidades compartiendo tanto recursos como costes y, de esta manera, conseguir más puntos. La dinámica es parecida a la de Los Colonos de Catán, pero con una mecánica más negociadora y colaborativa.

Además, para conseguir mejores resultados, será necesario plantear prácticas que cuiden la cantidad y calidad del agua existente en los depósitos y no acumular demasiadas cosechas. El participante no debe sumar más de ocho cosechas ya que a partir de entonces también estaría generando desperdicios, lo que le haría perder puntos.

Integrity now!
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Es un juego enfocado en la empresa con el fin de formar de manera lúdica a sus responsables en el campo del llamado compliance, es decir, el cumplimiento férreo de todas las normativas marcadas por la ley desde la base hasta la cúspide de la pirámide de cada organización.

Supervisado y dirigido por un moderador, ofrece un elevado grado de interactuación, fomentando el trabajo en equipo y permitiendo conocer y tratar situaciones complejas que pueden surgir en el seno de la empresa. Entre sus objetivos está el de detectar, analizar y evaluar estas situaciones y adoptar la mejor decisión para intervenir de forma apropiada. Pero también el de fomentar un trabajo en equipo que vaya encaminado hacia un mismo objetivo.

Agrícola
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Otro clásico que lleva en el mercado más de una década. Está basado en la Europa Central del siglo XVII, cuando enfermedades como la peste empiezan a remitir y la población puede volver a prosperar. El jugador se convierte en un granjero que cuenta con toda una serie de recursos para convertir sus terrenos en los más eficientes del lugar, con mayor número y diversidad de elementos, en un máximo de 16 rondas.

Para ello tendrá que ir ampliando el número de familiares que trabajan sus tierras y que también mermarán los recursos del jugador, ya que debe gestionarse para que no les falte alimento. Ese alimento deberá generarse ampliando dependencias en sus terrenos para criar ganado y acumular mayor número de cosechas. Cuanto mejores sean las instalaciones y los cuidados proporcionados a los jornaleros, mayor número de puntos se logran.

Quorum
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Otro título dirigido al campo de la enseñanza, recomendado para mayores de 15 años. Éste emplea la simulación social como base para la educación en valores, proponiendo dilemas éticos que los jugadores tienen que resolver utilizando su propia escala de valores: juicios, votaciones, eutanasia, el espectro laboral, la pena de muerte… Son muchos, diversos y polémicos los temas que se tratarán en el transcurso del juego.

Las discusiones y decisiones no sólo se introducirán a través de la dialéctica, también el azar tendrá su parte protagonista en el desarrollo del juego. De hecho, existen tarjetas de buena y mala suerte, condenas y juicios que cambiarán de forma constante el destino de cada participante. Según los creadores del juego, ofrece herramientas para que los jugadores aprendan a valorar las respuestas de sus compañeros y conocer así distintas maneras de resolver un mismo dilema.

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